LA QUINTA ESENCIA


La Ciudad


Caminaba apresuradamente por la antigua avenida del la vieja ciudad. Los magníficos edificios edificios contaban historias ya olvidadas por muchos, de las que ellos habían sido testigos directos.
A cada paso que daba, miraba en una dirección distinta, contemplando la belleza que despedía aquel entrañable lugar, camino de personajes pasados y futuros.

Las farolas despedían luces de una noche anunciada que iluminaban a los viandantes, con un tenue tono amarillento propio de las fotos antiguas.

Podía sentir los latidos de la ciudad, podía sentir como la vida fluía sobre ella.

La Ciudad era su amiga, era su confidente. Ella había visto toda su vida, desde su nacimiento hasta sus escapadas furtivas por la noche. Ella guardaba sus secretos fielmente en su memoria, su vieja memoria portadora de recuerdos tan antiguos que se perdían en la noche de los tiempos.

La Ciudad, escenario de sueños, de viajes, de ilusiones. De muertes, de amores, de mil aventuras... Teatro de la vida, sobre la que discurren miles de personajes, cada uno con una historia distinta pero con un fondo común.

La Ciudad, cuna del saber y la inteligencia. Poseedora de la más rica historia, de nuestros orígenes.

La Ciudad, templo de la vida...