LA QUINTA ESENCIA


Medicamentos


De actitud actitud frágil y salud quebradiza, se pasaba el día entre pastilla y pastilla. Medicamentos de cualquier índole abarrotaban los rincones de aquella casa blanca, impersonal y de aspecto vacío, igual al hospital que frecuentaba ya como lugar de referencia.

Le gustaba estar enferma. Le gustaba el hecho de ir a la farmacia tres días por semana cargada con recetas de todo tipo, mientras aquel farmacéutico le miraba con cara extraña, preguntándose como alguien podía soportar la carga de aquel muestrario de afecciones.

Pero ella se sentía segura en su mundo de antihistamínicos, hormonas y calmantes. Le reconfortaba saber que siempre habría un medicamento allí donde le hiciera falta para ayudarle, aquellos comprimidos le aportaban la seguridad en sí misma que nunca tuvo.

Se entretenía ordenando alfabéticamente las cajas de aquellas drogas. Drogas que, disfrazadas de ayudantes, le servían para curarse de su enfermedad más dolorosa: la vida.